Opinión

¿Por qué hay que mendigar?

El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) nació mediante la Ley 10-91, que establece un impuesto a la publicad para la seguridad social de sus miembros, que garantiza una pensión digna y sin necesidad de tocar otras puertas.

Lo único que conseguimos mendigando es faltarnos el respeto, entorpecer nuestro crecimiento emocional y obsequiar a nuestro yo el dolor que fomenta la falta de dignidad y falta de dotes gerencial que nos permita apoyarnos en nuestros propios esfuerzos.

El articulo 21 de la Ley 10 91, destaca que los medios de comunicación, tanto impresos como electrónicos, harán una contribución mensual al Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP) equivalente al medio por ciento de lo que perciban mensualmente por la publicidad pagada que divulguen, sin embargo, la realidad es que no se sabe a ciencia cierta quienes están cumpliendo con esa disposición de la Ley.

El articulo 23 de la referida ley indica que el pago de las contribuciones de cada mes se hará al IPPP en la última semana del mes subsiguiente, vía Colegio Dominicano de Periodistas, el cual depositará la totalidad de la contribución en la cuenta del Instituto.

El articulo 27 es muy específico, cuando destaca que los fondos del Instituto solo podrán ser utilizados para planes de jubilación, seguros médicos y dentales, así como otros fines de asistencia social, subrayando que los planes de jubilación deben ser preparados por actuarios de reconocida capacidad y aprobados por el Consejo de Administración del IPPP.

El CDP Ley 10-91 ha estado dirigido por 25 años, de los 31 que tiene de vigencia,  por el Movimiento Marcelino Vega, una corriente que en principio fue fundada como un movimiento progresista, de izquierda y revolucionaria, nació para la confrontación y por los mejores intereses de los periodistas y la sociedad en sentido general.

Héctor Rafael Peña fue el ideólogo de ese movimiento, haciéndose acompañar de Félix Andrés Méndez, Fausto Rosario Adames, Virgilio Ramon Méndez, José Alberto de León Sanchito, Erasmo Chalas Tejada, Luis Manuel Pimentel y quien escribe, todos ex militantes del PCT, que en poco tiempo lograron incorporar todos los sectores progresistas y revolucionarios de los periodistas en ese movimiento.

Pero el Movimiento Marcelino Vega fue asaltado en su dirección por un grupo de periodistas que ha desnaturalizado la esencia revolucionaria de esa corriente, transformándola en el modus vivendi para beneficio particular de sus principales dirigentes.

Han renunciado a la aplicación de la Ley 10 91 que provee un impuesto a la publicidad en los medios de comunicación, tanto impresos como electrónicos, con los cuales permitiría dotar al Instituto de Previsión y Protección de los periodistas de los fondos suficientes para los planes de jubilación, asistencias médicas y dentales de los comunicadores sociales.

Mendigando la pensión a través del Gobierno, se les quita la responsabilidad a los grandes medios de comunicación de cumplir con la ley 10 91 y la ley de Seguridad Social que beneficia a todos los trabajadores en sentido general.

Es un error del Colegio Dominicano de Periodistas de estar mendigando todos los años la pensión para los comunicadores sociales. No hay que estar pidiendo favores, hay una ley que provee los recursos suficientes para las jubilaciones de los periodistas.

El CDP debería requerir que el Gobierno destine el 25 por ciento de su presupuesto de publicidad para la seguridad social de los periodistas a través del Instituto de Previsión y Protección del Periodista, que incluya pensiones y atención medica para los comunicadores sociales.

El gremio también debe reclamar que las empresas de medios de comunicación se sumen a la iniciativa y otorguen las prestaciones y el medio por ciento que establece la 1091 por concepto de publicidad para los planes de pensiones y asistencias sociales para periodistas.

Hay que visibilizar las desigualdades sociales presentes en este sector, donde algunos pueden adquirir propiedades a muy altos precios mientras otros no cuentan con lo necesario para poder tener una vida digna.

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