La mutilación como arma de control y tortura en ellas, es inhumana
Por Araceli Aguilar Salgado
“La mutilación no sólo extirpa el sexo de la mujer, sino también una parte del cerebro convirtiéndola así en una mujer sumisa, porque cuando una niña es mutilada se están vulnerando sus derechos y eso la acompaña a lo largo de toda su vida.” (Presidenta de la Red Europea contra las Mutilaciones Sexuales)
Todavía no hemos conseguido eliminar esta forma de discriminación y tortura que diariamente afecta a miles de niñas. La mutilación genital femenina que afecta a 200 millones de mujeres y niñas en el mundo.
La MGF es un procedimiento en el que los tejidos de los órganos genitales de la mujer son deliberadamente cortados, lesionados o eliminados parcial o totalmente.
Con frecuencia implica la extirpación de los labios vaginales y la Organización Mundial de la Salud la describe como “cualquier procedimiento que lastima los órganos genitales femeninos por razones que no son médicas”.
Este proceso tiene como fin el corte del clítoris, la extirpación de algunos o todos los labios menores, o la costura cerrada de los labios mayores con el objetivo principal controlar la sexualidad femenina y hacer seres cuya única finalidad es mantener la virginidad y la castidad. En algunas etnias, la MGF representa la purificación, otras creen que las mujeres nacen endemoniadas y les cortan el clítoris para extirparles ‘el mal’.
También están las comunidades que afirman que, si al nacer una criatura toca el clítoris de la madre, morirá en el acto. Quienes practican la MGF también creen que las mujeres que no están mutiladas son sucias y se les prohíbe manipular el agua y los alimentos de la comunidad. Esta práctica también tiene motivos estéticos, en algunos de los países donde se practica los genitales femeninos son considerados voluminosos y carentes de belleza.
Según la OMS, la MGF también “está asociada a ideales de femineidad y modestia, así como a la noción de que las niñas están limpias y bellas después de la resección de partes del cuerpo consideradas masculinas o sucias; aunque no hay escritos religiosos que prescriban la práctica, quienes la llevan a cabo suelen creer que tiene un respaldo religioso”. Demás está decir que en los países donde la MGF se realiza, la mujer solo tiene valor en tanto que cuidadora del hogar y reproductora.
Es una forma de controlar a la mujer para evitar que sea sexualmente promiscua, prepararla para el matrimonio y seguir ciertos fines religiosos.
Muchas de las mujeres que llevan a cabo esta práctica, e incluso la han recibido, no ven nada malo en ella. Sin embargo, este procedimiento es extremadamente invasivo, controlador y, a menudo, mortal.
Tipos de mutilación genital femenina en el mundo
Clitoridectomía Corte parcial o total del clítoris y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio del clítoris. (Es el tipo que se practica en Colombia.)
Excisión Corte parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin corte de los labios mayores.
Infibulación Estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin corte del clítoris.
Otros Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital, este es bastante inusual, consiste en la punción, perforación o incisión del clítoris y/o de los labios vaginales, estiramiento del clítoris y/o de los labios, cauterización del clítoris y del tejido circundante o corte de la vagina e introducción de sustancias y de hierbas corrosivas para causar el sangrado con la finalidad de empequeñecer el canal vaginal.
Por lo que la ONU ha hecho un llamado para acabar con esta práctica, también conocida como ablación genital. Esta forma de violencia se define desde la Organización de Naciones Unidas y sus diferentes agencias como una violación de los derechos humanos de las mujeres, pero también como un atentado contra sus derechos de salud sexual y reproductiva, por cuanto niega el derecho al placer y a la integridad del propio cuerpo.
Este tipo de mutilación comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones por motivos no médicos. Desde un punto de vista antropológico, se puede ver como una práctica cultural, incluso podemos llegar a comprender en qué consiste, y según el relativismo cultural, no juzgamos una cultura o un rasgo cultural considerándolo mejor que otro.
En este sentido, podemos conocer el modo de proceder, aunque en tanto se trata de un atentado contra los derechos humanos de mujeres y niñas, queda tipificado como delito. Las mujeres que sufren MGF suelen ser mutiladas en su infancia, en algunos casos incluso cuando son bebés o durante la adolescencia.
Es una práctica que se extiende por todo el mundo, pero donde principalmente tiene lugar es en el continente africano. En América Latina hay cierta evidencia anecdótica de la práctica en grupos indígenas desde Brasil y Ecuador hasta México -e incluso algunos afro-, aunque se cree que en la mayoría ha sido erradicada o ha desaparecido.
Resulta increíble pensar que aún existen estas violentas e irracionales costumbres y que sean aceptadas por diversas sociedades a lo largo de todo el planeta y por ello nos preguntamos ¿cuál es el motivo de esta práctica? ¿Dónde está su significado?
Es un arraigado ritual por el cual se simboliza el paso de las niñas a la vida adulta o en su defecto la representación de la pureza y el honor de la mujer para garantizar el futuro matrimonio.
Los argumentos más comunes para infligir la MGF son de diferente índole: aceptación social, ideas erróneas sobre la higiene, una forma de conservar la virginidad, para hacer que sea más fácil casar a la mujer y aumentar el placer sexual masculino. En algunas culturas, la MGF es considerada como un rito de transición hacia la vida adulta y un prerrequisito matrimonial.
Aunque no existen ventajas higiénicas o beneficios para las mujeres que son mutiladas, las comunidades que practican ese procedimiento creen que las vaginas de las mujeres necesitan ser cortadas y las mujeres que no se sometan al procedimiento no se les considerará saludables, limpias o incluso valiosas.
Con frecuencia son sometidas en contra de su voluntad y profesionales médicos en todo el mundo creen que es una forma de violencia contra las mujeres y una violación a los derechos humanos.
Y cuando es infligida a menores de edad es un tipo de abuso infantil también. Sin embargo, lejos de estas creencias, es una peligrosa operación que deriva en problemas para la salud sexual y reproductiva de la mujer.
Estos problemas varían dependiendo de quién la practique, las condiciones higiénicas, el estado de salud de la niña y el tipo de mutilación que se lleve a cabo. La MGF le causa daño a las mujeres y a las niñas tanto física como psicológicamente y no le aporta ningún beneficio a su salud.
Además, es extremadamente angustiante y perjudica las relaciones de pareja de las mujeres y cómo se sienten y perciben a sí mismas. En muchos casos se realiza contra la voluntad de las niñas y las mujeres, pues se usa la fuerza. Y sus complicaciones y daños en la salud pueden abarcar desde fiebre, hemorragia, problemas urinarios y conmoción hasta mayor riesgo en la transmisión del VIH o incluso la propia muerte.
Esta práctica ha sido identificada como tortura y trato cruel e inhumano hacia mujeres y niñas, y viola el pacto sobre los derechos civiles y políticos, así como el pacto sobre los derechos económicos, culturales y sociales de las mujeres, constituye una forma extrema de discriminación de mujeres y niñas.
Quebranta el derecho a la libertad, la salud y a seguridad.
Vulnera el derecho a decidir sobre la propia reproducción.
Actúa en contra del derecho a la infancia.
Y representa un trato cruel, inhumano y degradante.
El último tipo de mutilación genital identificado por la OMS, de hecho, remite a las vaginoplastias y reconstrucciones de himen y podría relacionarse con procedimientos de violencia gineco-obstétrica muy extendidos en nuestro entorno.
A fin de salvaguardar los derechos de las víctimas, la ONU propone que debe reconocerse el acceso gratuito a los servicios sanitarios y atención a largo plazo, incluidas reparaciones médicas gratuitas. Acceso a servicios jurídicos y servicios psicológicos y de formación profesional gratuitos, así como órdenes de protección para las víctimas reales o potenciales e indemnizaciones, y la posibilidad de presentar demandas civiles contra los perpetradores y los responsables gubernamentales, o no, que no hayan ejercido la diligencia debida para prevenir, investigar o castigar la MGF.
“La escisión total o parcial de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos es un delito horrible y sin justificación que debe ser detenido de inmediato. La mutilación genital femenina es un delito y una violación de los derechos humanos de las mujeres.”